Salud Mental
Objetivo Institucional:
Proporcionar oportunidades de atención especializada, adecuada y enfocada en el respeto de los derechos humanos a personas con crisis agudas del síndrome de abstinencia.
Objetivos Específicos:
Brindar oportunidades de desintoxicación clínica a personas con cuadros agudos del síndrome de abstinencia.
Atender las comorbilidades mentales transitorias secundarias al consumo de sustancias psicoactivas.
Implementar procedimientos de contención que garanticen el uso de buenas prácticas y el respeto de los derechos y la dignidad de las personas en desintoxicación aguda o con alteraciones mentales transitorias derivadas del consumo de sustancias psicoactivas.
Promover la continuidad de tratamiento de las personas en remisión de las alteraciones mentales transitorias derivadas del consumo de sustancias psicoactivas
Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales, trastornos afectivos y discapacidades psicosociales (ONU 2020), los mismo que pueden ser transitorios, detonados por causas inmediatas y que al remitir no presentan secuelas; o podrían ser crónicos, más severos y que permanecen a lo largo del tiempo, estos padecimientos sin el seguimiento adecuado, fluctuarán entre etapas de estabilidad y agudización; como ejemplo de estas patologías podemos mencionar la esquizofrenia o la propia dependencia a drogas. Estas alteraciones mentales se asocian a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta autolesiva, tanto para el que presenta la patología como para sus cuidadores.
Arca de Noé reconoce que en la actualidad y desde la mirada social, esta problemática aún es percibida como un fenómeno autoinfligido, a pesar de la existencia de importantes componentes involuntarios en el proceso adictivo. La recurrencia en la dependencia y las agudizaciones frecuentes, aportan evidencias suficientes para que los trastornos por consumo de sustancias sean consideradas una enfermedad crónica y recidivante, y que por lo consiguiente en sus etapas agudas precisan de una intervención clínica con el fin de lograr la estabilización.
El tratamiento, independientemente de su modalidad, se divide en 4 etapas significativas:
Integración: El usuario se integra paulatinamente a las actividades y se hace consciente de la importancia de su participación activa en el proceso de rehabilitación, así como de sus derechos y obligaciones como integrante de la comunidad terapéutica.
Habituación positiva: El usuario adquiere hábitos de vida saludable, al tiempo que abandona aquellas conductas, comportamientos y actitudes que limitan su desarrollo. Se hace énfasis en el desarrollo o afianzamiento de habilidades adaptativas las cuales se dividen en conceptuales, sociales y prácticas.
Habilidades conceptuales: Permiten al individuo comprender escenarios complejos mediante el análisis, el pensamiento creativo y la comprensión abstracta, como por ejemplo el lenguaje expresivo, la lectoescritura, entre otros. Dentro de la Comunidad Terapéutica estas habilidades se van desarrollando o profundizando a través de las actividades diarias de análisis de lecturas o discusión de temáticas correspondientes a concientizar la problemática de las adicciones, causas y consecuencias, así como su origen socioemocional. Se fomenta la lectura, escritura y reflexión de temáticas varias para la comprensión del papel del ser humano en la vida cotidiana y su vida en la Comunidad Terapéutica. Es con el desarrollo de estas habilidades que se busca que los usuarios sean capaces de nombrar y conocer las emociones, sus implicaciones en las decisiones de la vida diaria y conceptos de regulación emocional, pensamiento crítico, sobriedad y todo aquél que contribuya en el autoconocimiento y entendimiento de su condición biopsicosocial con la adicción.
Habilidades sociales: Permiten al individuo relacionarse con otras personas de forma adecuada. Comprende el desarrollo de competencias para la convivencia, la sana interacción y el fomento de relaciones interpersonales positivas. A pesar que existen un sin fin de clasificaciones de las competencias o habilidades socioemocionales, para el modelo de acompañamiento Arca de Noé la clasificación que mejor describe los objetivos de tratamiento son los de Rafael Bisquerra (2007) que se dividen de la siguiente manera:
Conciencia emocional: Capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás, incluyendo la habilidad para captar el clima emocional de un contexto determinado. Dentro de la Comunidad Terapéutica, esta habilidad o competencia se desarrolla por medio de las estrategias grupales e individuales, a través de la convivencia diaria, la confrontación con las viejas ideas y los detonantes emocionales en el estado de ánimo.
Regulación emocional: Capacidad para manejar las emociones de forma apropiada. Supone tomar conciencia de la relación entre emoción, cognición y comportamiento; tener buenas estrategias de afrontamiento y la capacidad para autogenerarse emociones positivas. Este aspecto es fundamental para el modelo de acompañamiento del Arca de Noé pues día a día se vive una confrontación emocional debido a las dinámicas propias de la convivencia y la interacción comunitaria..
Autonomía emocional: Es un concepto amplio que incluye un conjunto de características y elementos relacionados con la autogestión personal, entre las que se encuentran la autoestima, actitud positiva ante la vida, responsabilidad, capacidad para analizar críticamente las normas sociales, la capacidad para buscar ayuda y recursos, así como la autoeficacia emocional. Para lograr esta habilidad en la Comunidad Terapéutica se llevan a cabo desde talleres hasta sencillas pláticas cotidianas de reflexión acerca de todo aquello que motiva el desequilibrio emocional y la necesidad de encontrar una estabilidad a partir de los propios recursos.
Habilidades prácticas o básicas: Son aquellas habilidades para realizar las actividades de la vida diaria; se dividen en:
Autocuidado: comprende la capacidad de realizar actividades funcionales esenciales como comer sólo, vestirse, controlar esfínteres, desplazarse, bañarse y asearse
Instrumentales: comprende la capacidad de realizar actividades necesarias para funcionar independientemente en el hogar y la comunidad, como cocinar, tomar medicamentos, usar el teléfono, utilizar el transporte público, administrar dinero.
Seguridad comprende la capacidad de prevenir accidentes, como pedir ayuda, identificar situaciones de riesgo. Estas habilidades son fundamentales, también, para evitar situaciones de riesgo de recaídas e identificar detonantes de consumo.
Socio Adaptación: El usuario fortalece sus competencias socioemocionales y reconoce los recursos con los que cuenta para afrontar las experiencias de la vida cotidiana. En esta etapa se eleva su nivel de autonomía personal y se incrementan sus responsabilidades en la comunidad, mediante su involucramiento en actividades que implican liderazgo.
Egreso de tratamiento: Esta etapa se refiere a la conclusión del tratamiento, ya sea por el cumplimiento de los objetivos planteados o a solicitud del usuario, familia o por recomendación de la comisión mixta. Durante esta etapa las diferentes áreas de acompañamiento individual realizan una retroalimentación del proceso de tratamiento junto con el usuario, a modo de cierre. En esta etapa se enfatiza la revisión del proyecto de vida, metas y objetivos, al igual que los factores de riesgo que podrían interrumpir la abstinencia.
Esta fase puede concluir en la separación del usuario de la comunidad terapéutica, su ingreso en el programa de medio camino o de una fase de voluntariado para la inclusión.
En el caso de que el egreso sea imprevisto, se concluye únicamente el proceso administrativo, sin la oportunidad de proporcionar un cierre.
Ambulatorio
Grupo Meta:
Dirigido a personas con dependencia a sustancias psicoactivas, que presentan condiciones biopsicosociales en su contexto socio-familiar favorecedores de la abstinencia
Descripción:
Es un acompañamiento básico con una duración mínima de tres y máxima de seis meses.
Contempla como indispensables integrarse a:
Estrategias de Acompañamiento Individual en Adicciones.
Acompañamiento psicológico individual.
Consejería individual en adicciones.
y sugiere participar en:
Estrategias de Ayuda Mutua.
Apadrinamiento.
Escritura del inventario moral.
Queda abierta la opción de integrarse a cualquier otra actividad o servicio que oferta la institución, de acuerdo con las necesidades y preferencias del usuario, junto con las recomendaciones de la comisión mixta de tratamiento.
Supuestos y Condiciones:
El usuario debe manifestar elevada disposición al cambio.
El usuario debe contar con una red de apoyo sólida, dispuesta a acompañar el proceso de tratamiento.
El usuario presenta condiciones psicosociales con mínimos factores de riesgo para el consumo.
El usuario se compromete a cumplir con las tareas y actividades asignadas dentro y fuera de la Comunidad Terapéutica.
Limitantes:
La normalización del consumo y la baja percepción del riesgo en su entorno social, dificulta la adherencia al tratamiento y la contemplación de la abstinencia como meta.
Excluyentes:
Personas con trastorno por consumo de sustancias psicoactivas.
Personas con trastornos mentales inducidos por consumo de sustancias psicoactivas.
Personas en condición de calle o indigencia.
Personas con enfermedades crónicas en etapa terminal.
Personas con diagnóstico de daño mental irreversible.
Personas que no tengan el deseo de ingresar a un tratamiento de manera voluntaria.
Menores de doce años.
Mayores de setenta años.
Personas con reducida capacidad de autocuidado.
Personas con afecciones inducidas por sustancias.
Personas que acudan en estado de intoxicación por sustancias.
Consumidores de metanfetaminas y opioides.