Profesionales de la asociación civil coinciden en que no se hace nada dado el tamaño del problema que hay con las adicciones en Yucatán; el centro es referente en México por su modelo terapéutico
Certificado por la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), la asociación civil “Arca de Noé”, comunidad terapeútica, trabaja por la recuperación e inserción social de personas con trastornos por consumo de sustancias psicoactivas para que, sin importar de dónde venga, encuentre una oportunidad para ser atendido por este tipo de padecimientos.
Menores de edad, mujeres, hombres y adultos mayores tienen cabida en el “Arca de Noé”, el cual es un espacio de puertas abiertas donde se trabaja en la reconstrucción personal de sus usuarios, durante el tiempo que sea necesario para dotarlo de las herramientas necesarias emocionales y físicas, y con ello encontrar nuevamente su sentido de vida mediante el cimiento de una fortaleza interior que se requiere para vivir una vida útil, libre de adicciones y feliz.
El trabajo de recuperación lo hacen mediante el modelo de comunidad terapéutica, el cual lo define su director de capacitación, Pablo Cimé Martín, como “nuestra comunidad que se conforma por un voluntariado mixto, entre voluntarios profesionales y voluntarios consejeros. Los primeros son profesionales en psicología, psiquiatría, nutrición, trabajo social, educación, los segundos son aquellos que han estado con nosotros como usuarios y comparten, con quienes atendemos, su experiencia con las adicciones y su proceso de recuperación e inserción”.
Sus instalaciones son dignas, coloridas, cuentan con un amplio jardín, alberca, gimnasio, aulas, salones de usos múltiples, consultorios, dormitorios, cocina y una planta de captación y purificación de agua. Esta última, además de abastecer el consumo interno, sirve como fuente de financiamiento para la institución, situación que permite atraer a la comunidad cercana al centro, y con ello pretextar acciones de prevención sobre las adicciones, y el suicidio.
Otra de las herramientas con las que cuenta el Arca de Noé para la sanación de sus usuarios es la presencia de animales, entre perros, gatos y cuyos, con lo cual se estimula su aprecio hacia ellos y la responsabilidad de cuidarlos, además de ser excelentes auxiliadores para contener la ansiedad.
“Lamentablemente, las personas llegan cuando su adicción ya está muy avanzada, la mayoría de las veces los traen sus familias, otras vienen por su cuenta, hay personas a las que en sus trabajos les dan tres meses para recuperarse, y nosotros les hacemos un plan para dotarlos con las mejores herramientas posibles en ese tiempo y no pierdan su trabajo”, comenta Eloy Alberto Tun EK, director de Voluntariado para la Inclusión.
Explica Eloy Tun EK que, cuando una persona llega al centro, se le reconocen los saberes que trae, se le impulsa a mejorarlos y a compartirlos con la comunidad, además mencionó que la educación es una herramienta primordial para que los usuarios del centro salgan adelante, y con ello lograr su inserción social. Otro de los aspectos que recalcó es que algunos de los usuarios llegan sin papeles de identidad, lo que les dificulta su inserción social cuando terminan sus tratamientos, ya sea para conseguir un trabajo o seguir estudiando.
En conversación con la directora en psicología del centro, Alondra Cuevas, compartió un ejemplo contundente sobre el daño que pueden hacer las drogas, en particular las metanfetaminas, que han cobrado especial popularidad entre los consumidores de sustancias psicoactivas: “Lo que el alcoholismo te hace en 20 años, las metanfetaminas te lo hace en 9 meses”.
Actualmente, el Arca de Noé A.C. atiende a 90 usuarios de los cuales 15 son menores de edad, 25 mujeres, 50 varones, cinco adultos mayores, y 5 personas de la comunidad LGTB, de lo cual comenta Romhmy Hidalgo, directora de Desarrollo Institucional, “no hacemos nada dado el tamaño del problema que hay con las adicciones en el estado”.
De acuerdo con Hidalgo, el costo de tratamiento por paciente oscila entre los 8 y 9 mil pesos mensuales, lo que incluye alimentación, hospedaje, tratamientos psicológico, odontológico, nutricional, entre otros beneficios para el usuario. El Arca de Noé tiene capacidad para albergar a 120 personas, pero se quedan con 100 para evitar el hacinamiento, las cuales son atendidas por un equipo de 35 voluntarios, profesionales y consejeros.
Referente en otros estados por su modelo terapéutico, el Arca de Noé. A.C busca que sus usuarios encuentren las razones de sus adicciones, sean consciente de que las provocó y no repitan los patrones.
“De nada sirve que regresen a su realidad con las mismas actitudes y conductas, hay que modificarlas para lograr la verdadera inserción”, recalca Alberto Tun Ek.
En una terraza del centro, los usuarios cuentan con un telescopio para mirar las estrellas cuando su vida parecía estar estrellada.
Texto y fotos: Lorena González